lunes, 11 de enero de 2010

Espía

Los dedos se deslizan con suavidad. Sus gruesas manos caen pesadas en el abdomen. Por primera vez siente el tacto de otro hombre y no puede evitar que se le hericen los pelos de la espalda. Siente los latidos del pecho contra su espalda, mientras las manos recorren su piel descubriendo de a poco su cuerpo. Una sábana negra cae al suelo y desde la ventana los ojos vigilantes de un abandonado de 12 años miran temblando ante los movimientos de su brazo que le brindan placer ante semejante espectáculo estimulante. Cuando su exitación haya dejado manchada la pared volverá a esa ruina húmeda abandonada donde un ciruja canoso ultrajará su cuerpo de nuevo haciendo que se sumerja en sus pensamientos de denigración, verguenza e incontrolable exitación. Mientras tanto, el hombre en la cama nota la ventana empañada y la abre para encontrarse con el morboso exitado. Etienne sale a comprar y desde la esquina ve un chico corriendo mientras un hombre le grita desnudo desde la ventana.

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